A Elizabeth Mejía la vida le ha alcanzado para vivir en su vereda, en San Juan Nepomuceno y en Cartagena. Le alcanzó para escapar de las balas de la violencia en 1994 y para volver, hace cuatro años, a intentar recuperar ese pedazo de tierra que vendió una vez para tener algo de qué vivir.
Hoy, a sus 67 años, recuperó la parcela de su familia y le quedan fuerzas para liderar procesos con jóvenes, mujeres y campesinos de la zona rural de San Juan para que sepan cómo acceder a la oferta institucional que merecen y que a veces se les dificulta.
El jueves pasado salió de su vereda y cogió un bus urbano hacia Ovejas, en Sucre, donde docenas de líderes y lideresas también llegaron para fortalecer su conocimiento acerca de los acuerdos de paz con las Farc y también mejorar su organización y capacidad de gestión.
Era la segunda sesión de Elizabeth y otros líderes de Bolívar, pero en Sucre el trabajo ya lleva más de un año, con comunidades de Ovejas, Palmitos y San Onofre.
El proyecto Bercelys Montes, de la fundación Evolución Caribe y coordinadora de la actividad, explicó que el proyecto Participación de la sociedad civil en la estabilización de los territorios que estuvieron en conflicto, se realiza en la zona de Montes de María desde el año pasado, con tres objetivos: que las organizaciones sociales sean más propositivas en los procesos relacionados con el posconflicto; lograr una articulación con las autoridades gubernamentales; y que las organizaciones se preparen mejor para acceder a la oferta institucional.
“En este momento hay juntas que tienen más oportunidades de contratar con el Estado, también hay otras opciones que queremos que ellos conozcan y tengan las herramientas para accederlas, pero para eso son necesarios esos tres ejes porque unirán los esfuerzos de todos y todas”, explicó Montes.
El proyecto es financiado por el gobierno alemán y comenzó con 39 organizaciones que el año pasado propusieron agendas de diálogo a partir de sus necesidades y problemas. Esas agendas fueron presentadas a las alcaldías de cada municipio e hicieron acuerdos para que se tuvieran en cuenta en los próximos planes.
Con enfoques de inclusión Bercelys explicó que en el proyecto se ha tratado de incluir mujeres y jóvenes que logren un relevo generacional, así como un enfoque de género. Por ello, en el proceso de selección -que se hace a través de las alcaldías y con organizaciones sociales que tienen procesos consolidados- exigen la participación de estos grupos sociales.
“Hemos logrado que mujeres y jóvenes estén presentes en un 40 %, es algo significativo porque cuando empezamos su presencia era del 5 %”.
Este año, arrancaron con tres municipios más, incluyendo dos del departamento de Bolívar: San Juan Nepomuceno, San Jacinto y Tolúviejo, en Sucre. El objetivo es que los líderes de estas poblaciones se integren al proceso que traen los demás y fortalezcan su capacidad de gestión.
Experiencias ejemplares Daniel Romero tiene 21 años y desde niño ha participado en organizaciones juveniles. Hace parte de la red de jóvenes Acop, en Ovejas y está convencido de que los jóvenes de su municipio merecen un futuro con más opciones de participación y educación.
“En política realmente es muy baja la participación, de hecho desde que llegamos a los talleres con Evolución Caribe hemos podido impulsar esa participación mucho más, porque hasta el año pasado no nos tenían en cuenta en las decisiones”, contó.
Daniel también destacó que desde el año pasado se pudo recuperar la Plataforma juvenil, un espacio de articulación de todas las iniciativas de jóvenes del municipio en la que él es el coordinador. Brindan asesoramiento a otros jóvenes y los impulsan a seguir trabajando por la comunidad.
“Nosotros trabajamos en esto porque aquí en Ovejas tampoco hay opciones de educación superior, los pelaos deben irse a El Carmen de Bolívar o Sincelejo para poder estudiar y eso hace todo más difícil”, puntualizó.
Es clave la articulación
Bercelys Montes destacó que una de las claves de este proyecto es la articulación que se pretende crear entre organizaciones sociales y el Estado, porque cuenta ella, de nada sirve un proceso de fortalecimiento de las comunidades si no se derriban los muros entre ellos y la oferta institucional.
La recuperación del tejido social también funcionará para recuperar la confianza entre las comunidades, pues la violencia logró sembrar el conflicto entre ellas.
“Los organismos comunales se desestructuraron, este proyecto permite que recobremos esos lazos de confianza entre ellos mismos porque ni las organizaciones se están encontrando. Esto permite que se cohesionen los lazos de confianza y se está articulando un nuevo tejido”, contó Montes.
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