Conseguir la paz ha sido uno de los mayores retos del país, pero para lograrlo es necesario trabajar en cerrar las brechas sociales que lo dividen. Es por eso que dentro del acuerdo de paz firmado en 2016 entre el Gobierno y las Farc, el primer punto, reforma rural integral, busca el pago de la deuda social más grande que tiene Colombia: eliminar la enorme diferencia entre ciudad y campo.
Han sido varias las entidades que han trabajado en la consecución de este objetivo, especialmente en preparar a los campesinos para enfrentar el posconflicto. Una de ellas es la Fundación Evolución Caribe, liderada por Hans Blumenthal, que desde hace tres años ha centrado sus esfuerzos en el trabajo con la gente del campo, la más afectada por la guerra. Busca que estas personas pierdan el temor, regresen a sus tierras y se empoderen de sus derechos.
“El atraso, la injusticia social, la exclusión en el campo colombiano siempre ha existido, es por eso que si quieres hacer algo para un posconflicto más pacifico te dedicas a estos asuntos, al desarrollo rural y eso es lo que hacemos”, asegura Blumenthal.
Durante dos años, la fundación ha ejecutado proyectos en seis municipios de los Montes de María: Ovejas, San Onofre, Tolú Viejo, Palmitos, San Juan y San Jacinto. Dichos proyectos se han enfocado en la asistencia técnica para pequeños productores y, especialmente, en el desarrollo de las capacidades de participación ciudadana, con el fin de que las organizaciones sociales sean más propositivas en los procesos relacionados con el posconflicto; lograr una articulación con las autoridades gubernamentales; y que las organizaciones se preparen mejor para acceder a la oferta institucional.
Gracias a esto, hoy las juntas de acción comunal de estas poblaciones lograron definir una organización interna, que les permite una participación más fuerte y además mantener una relación cercana entre las autoridades locales y la sociedad civil. Asimismo, lograron proponer agendas de diálogo a partir de sus necesidades y problemas. Esas agendas fueron presentadas a las alcaldías de cada municipio e hicieron acuerdos para que se tuvieran en cuenta en los próximos planes.
“Realmente se necesita que la comunidad participe y hay gente que nunca aprendió y no tienen los instrumentos para hacerlo; para pensar y conocer realmente su territorio, porque si bien hay muchos problemas, debes dar prioridades, pero eso necesitas criterios, lo que hacemos es que la gente aprenda a dar prioridades e implica un proceso democrático entre ellos”, agregó. Blumenthal asegura que aún falta recuperar la confianza entre las comunidades, pues la violencia logró sembrar el conflicto entre ellas. “La gente todavía tiene desconfianza, poca legitimidad, pero es un proceso largo, ahora la gente siente inseguridad porque no sabe cuál es el rumbo del nuevo gobierno, ahora no saben qué pasará”.
Por eso, siguiendo con la línea de trabajo de participación civil y teniendo en cuenta que se avecina el periodo de elecciones en el territorio nacional, durante su tercer año de trabajo con la comunidad la Fundación Evolución Caribe buscará fortalecer la participación de la comunidad para que desarrollen un criterio y así haya elecciones más limpias.
“Queremos que las comunidades mantengan una actitud activa, que presionen, propongan y negocien”, puntualizó Blumenthal.
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